Los patriotismos son siempre un doble filo, y por eso muchos se mantienen alejados de ellos. Para muestra un botón.
Era una mañana cálida en Sevilla, cuando a un vecino que se despertó sintiendo un poco de más la rojigualda, se le ocurrió una idea que encajaba perfectamente con los tiempos que corren: montar una bandera de España tan grande que haga sombra a la de plaza de Colón.
Y así lo hizo. El sevillano no se conformaría con una típica bandera de balcón, sino con 25 banderas de España cosidas entre sí. Pero claro, el amor ciega, y el vecino no se imaginó el resultado del frankestein patriótico: en lugar de ser una gran bandera española, parece más bien la senyera, bandera catalana.
Hay que destacar que la senyera tiene nueve franjas, siendo amarillas la superior e inferior, mientras que el popurrí del sevillano contiene quince bandas con sus extremos rojos. Bueno, y 25 escudos, claro. Sea como fuere, el resultado sin duda no es el esperado.