Ocurría esta semana, en el programa ‘Frist Dates de ‘Cuatro’, encargado de emparejar solteros desconocidos en una cena. Una tarea difícil en un mundo con gente tan diferente entre sí.
Prudencia, llamada así una madrileña de 85 años, acudió al programa para buscar a «un hombre que tenga buen humor y que no se enfade ni busquen follones». El programa le trajo a Rosario, un jubilado de 86 años de Ciudad Real quien estaba muy contento con su emparejamiento, asegurando que Prudencia le parecía «estupenda» a primera vista.
No tardó en producirse el primer choque, cuando el señor le dijo algo que no sentó nada bien a Prudencia: «¿Usted sabe la alegría que me daría tener en casa a una mujer como usted para controlarla? Porque las cosas en casa quien las hace es la mujer, yo no hago nada…«.
– Prudencia: ¿No has hecho nunca nada? ¿No sabes barrer? ¿No sabes coger la fregona?
– Él: No, no. No lo he hecho. Bueno, ni lo hago.
– Prudencia: Entonces, ¿qué coño quieres?Más Prudencia, menos señoros. pic.twitter.com/Io3np84CC6
— Peio H. Riaño (@PeioHR) 3 de enero de 2019
Prudencia poca lengua se mordió, y le contestó preguntándole si él «no sabía barrer ni nada». «No, no, no lo he hecho. Bueno, ni lo hago«, respondió su pareja.
Prudencia contestó a esto con: «entonces, ¿qué coño quieres, una mujer para servirte? Pues como que no, que eso ya se terminó…». Sin duda, una actuación a admirar contra un ideal demasiado común en nuestra sociedad.