La familia de Canet que pidió que se impartiera el 25% de las clases a su hijo en castellano ha desatado una dura bronca en el Congreso entre el partido de ultraderecha Vox y la CUP.
Vox había presentado una propuesta para blindar el castellano en Cataluña. En su turno, el diputado de la CUP Albert Botran leyó en catalán el manifiesto en el que varias de las familias de la escuela de Turó del Drac de Canet de Mar exigen que se proteja la inmersión lingüistica, lo que ha desatado la ira de los ultraderechistas.
El diputado por Cádiz y ex general Agustín Rosety se mostró muy molesto porque se hablara en catalán en el Congreso, una actitud fuera de lugar que forzó a interrumpir el debate e hizo que la presidencia le instase a dejar de «patear» su escaño.
Pese a la petición de la presidencia de que continuara leyendo en castellano, Botran decidió hacerlo en catalán, asegurando que esa orden era «una imposición lingüística». Todos los grupos secesionistas catalanes del Congreso hicieron lo mismo que la CUP y realizaron parte de su intervención en catalán, lo que avivó las protestas de Vox.