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Vídeo | Un hombre irrumpe en un acto feminista en Castellón y siembra el caos tras sacar una pistola

La noche del pasado sábado, un hombre irrumpió en un acto feminista que se estaba celebrando en la plaza de l’Ereta de Castelló armado con una pistola. El hombre habría estado presente durante todo el acto, organizado por el colectivo feminista Subversives y los antifascistas de La Cosa Nostra en la plaza Isabel la Católica de Castelló, realizando comentarios machistas e increpando a los asistentes.

Sobre las diez de la noche, el sujeto se acercó a la barra e increpó a varias mujeres con tono despectivo, llamándolas a gritos “rojas de mierda”.

Le llamaron la atención y le pidieron que se marchara del lugar, tras lo cual el hombre amenazó con ir a por una pistola. Poco después, volvió esgrimiendo el arma y apuntando a varias personas.

Una portavoz de Subversives asegura en declaraciones recogidas por ‘La Marea’ que el hombre regresó a la barra, se dirigió a una chica que estaba trabajando y le dijo “a mi no me vaciláis, rojas de mierda” mientras la apuntaba con la pistola a la cabeza.

El individuo se encaró con varias personas más. Uno de los presentes intentó desarmarlo, encarándose a él con una silla, mientras otros tantos le rodeaban sin saber si el arma era real o no.

Finalmente, un joven que participaba en el acto se enfrentó al hombre y consiguió arrebatarle la pistola, por lo que emprendió la huida y se metió en un edificio cercano. Según este joven, “el arma no era de juguete, sino de balines o de CO2”.

Varios testigos que salieron tras él entraron en el portal y el hombre salió a recibirles con un bebé en brazos, mientras la madre del menor gritaba desesperada. El hombre sujetó al bebé como escudo durante varios minutos, hasta que finalmente dejó al niño y volvió a huir, siendo perseguido hasta su casa, donde pudo refugiarse.

Desde su domicilio llamó a la policía y afirmó que había sido perseguido hasta su casa porque se había quejado del volumen de la música.

La policía local se personó poco después y fue llevada por los testigos hasta el edificio donde se había refugiado el sujeto armado. Los presentes entregaron el arma a los agentes y explicaron lo sucedido.

“La chica a la que apuntó a la cabeza se lanzó al suelo aterrorizada, y nadie se atrevía a acercarse a él. No pensamos en ningún momento que el arma no era de verdad”, ha contado un testigo de los hechos al citado medio.

Escrito por M. Zafra

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