El partido de ultraderecha Vox vuelve a delatarse: la población y las medidas que se tomen para asegurar su bienestar le da lo mismo. O eso es lo que dan a entender una y otra vez. En esta ocasión, tras haber votado en abril en contra de los decretos laborales que regulaban los ERTE y de abstenerse en la votación para prorrogarlos, ahora se ha deshecho en críticas contra el Gobierno central por los retrasos en la gestión de estas prestaciones.
El partido liderado por Santiago Abascal ha exigido este jueves a la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que expliquen en el Congreso el motivo de los retrasos en la tramitación de los ERTE y en las solicitudes para obtener al ingreso mínimo vital (IMV).
Sobre esta última ayuda, destinada a los más desfavorecidos, Vox ha realizado toda una campaña de desprestigio, llamándola «paguita» y absteniéndose en la votación.
El partido de extrema derecha ha presentado dos solicitudes de comparecencia para que los dos ministros hablen sobre el estado de estas tramitaciones ante la Comisión del ramo de la Cámara Baja.
