El vecino de El Campillo, Bernardo Montoya detenido este martes por la Guardia Civil, ha reconocico su autoría en el crimen de Laura Luelmo, tras un largo interrogatorio en presencia de su abogado.
Con 50 años, Montoya residía desde el mes de octubre en una viviendo de en frente a la de Laura, quien desapareció el 12 de diciembre y cuyo cadáver fue hallado el lunes entre unos matorrales.
El hombre, que ha terminado confesando el crimen, después de intentar despistar a los agentes con versiones poco creíbles, habíia abandonado su vivienda de El Campillo horas después de que la Guardia Civil iniciara la búsqueda de la profesora el jueves pasado.
«Engañé a Laura y la mandé a un callejón sin salida cuando me preguntó por un supermercado cercano», confesó el asesino. Dijo también haberla golpeado contra el maletero e intentarla agredir sexualmente, dejando finalmente el cuerpo abandonado en el campo. Regresó del campo corriendo y de camino habría tirado el móvil de la víctima a un contenedor y las zapatillas, que llevaba en el coche, a otro. «Intenté dormir pero no lograba conciliar el suelo. Así que decidí salir a andar».
Bernardo Montoya ya ha pasado 22 años en prisión por varias condenas, entre ellas la del asesinato en 1995 de una mujer de 81 años que iba a declarar en su contra en un juicio por una reyerta.
