Una mujer británica ha sido condenada a pagar 40.000 libras al asesino de su hija por emprender acciones legales para evitar su puesta en libertad, según informa ‘The Sun’.
El asesino, Ian Simms, estranguló hasta la muerte en 1988 a una joven de 22 años llamada Helen cuando volvía a casa después de trabajar, en Merseyside (Inglaterra). El criminal nunca confesó dónde ocultó el cadáver de su víctima.
El año pasado se implementó una ley que impide conceder la libertad condicional a los asesinos que no hayan revelado el lugar donde se encuentra el cuerpo. El problema es que Ian consiguió el permiso un mes antes de la oficialización de esta ley.
Por ello, la madre de la joven asesinada decidió llevar su caso al Tribunal Superior para impedir que su salida de prisión.
Los jueces han rechazado su petición y le obligan a abonar en los próximos días los costes del juicio, que ascienden a 40.000 libras.
«No creo que pueda llevar esta lucha legal mucho más lejos. Me está matando«, ha contado la madre de la víctima.