El rey emérito Juan Carlos I regularizó voluntariamente el pasado mes de diciembre el dinero sin declarar que había recibido del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause para eludir una inminente querella de la Fiscalía por fraude fiscal. Sin embargo, tal como ha avanzado este lunes ‘El Confidencial’, regularizó más dinero del que había descubierto la Fiscalía, lo que no hizo más que acrecentar las sospechas sobre su verdadero patrimonio.
El Borbón pagó a Hacienda un total de 678.393 euros por lo defraudado y los recargos e intereses correspondientes; una cantidad superior a la necesaria.
De esta manera, Juan Carlos I admitía haber recibido más dinero de Sanginés-Krause del que se conocía por el Fisco; por lo que la Fiscalía del Tribunal Supremo reabrió las diligencias para investigar otros posibles métodos de entrega de dinero entre el mexicano y Juan Carlos. Por otro lado, levantó dudas sobre otras fuentes de ingresos del monarca.
El emérito realizó una segunda regularización el pasado 25 de febrero, también voluntaria, de 4,4 millones de euros correspondientes al dinero de la Fundación Zagatka, a nombre de su primo Álvaro de Orleans, en ejercicios no prescritos (2015 a 2018), para costear vuelos privados y gastos de agencias de viajes, entre otros servicios.