El PP se ha hecho un lío y ha acabado votando junto con toda la izquierda y sus socios de gobierno, Ciudadanos, para la aprobación de la colocación de la bandera LGTBI de forma permanente en la plaza de Pedro Zerolo, en el madrileño barrio de Chueca, y un monumento por todas las personas LGTBI que hayan sido perseguidas o atacadas por su orientación sexual.
La iniciativa la presentó la propia vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el PP desde un primer momento no se mostró de acuerdo en que hubiera símbolos o guiños al colectivo LGTBI en la plaza tras la reforma que se prepara.
Tras todos los partidos mostrar sus posiciones, el PSOE modificó la medida y añadió que además de la bandera se instalara «un monumento que recuerdo a todas las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales que a lo largo de los siglos han sido perseguidas por su orientación sexual y su identidad de género».
Fue entonces cuando el PP cayó en el error y votó a favor de la iniciativa, pensando que se estaba discutiendo sobre si se pasaba a votación. Almeida, sorprendido tras ver que se aprobó la enmienda, pidió la confirmación al secretario general del pleno. «No tiene que votarse igual la enmienda que el texto final», se quejó antes de aceptar el resultado de la propuesta.