Quim Torra anunció el pasado 4 de julio sobre el nuevo confinamiento para Lleida y su comarca tan solo dos horas antes de hacerse efectivo para que a nadie le diera tiempo ni de entrar ni de salir y así evitar desastres mayores.
El acalde de Lleida, Miquel Pueyo, se enteró de la decisión de la conselleria de Salut y la de Interior «30 o 45 minutos antes de la rueda de prensa», y lamenta que ni el Ayuntamiento ni los ciudadanos hayan tenido tiempo para encajar la noticia y tomar decisiones sobre si salir o entrar.
En una entrevista para Catalunya Ràdio, Pueyo afirma que «muchas personas salieron corriendo, volvieron corriendo… Seguramente , lo que nos hubiéramos merecido es un margen un poco superior en horas para que cada uno pueda tomar sus decisiones». A pesar de entender los motivos sanitarios y de emergencia, asegura que «no quita que el estado de ánimo de la población sea triste y melancólico».
El aislamiento comenzó a hablarse tres días antes, cuando las autoridades de Sergià y el Govern empezaban a reunirse para valorar las opciones de la situación del virus en la comarca, que es muy diferente al resto de Cataluña. El jueves 2 de julio se puso sobre la mesa la posibilidad del confinamiento.
A partir de les 12 de migdia, s’apliquen mesures específiques per al #Segrià:
➡️ tancament perimetral
➡️ suspensió de visites i ingressos a residències de gent gran
➡️ prohibir aglomeracions de més de 10 persones pic.twitter.com/Sls0A0gQ5s— Salut (@salutcat) July 4, 2020