¿Milagro o tragedia social?
El pasado viernes una mujer estaba limpiando vidrios a altas horas de la madrugada cuando fue atropellada por un camión, perdiendo la vida. La joven de 28 años se encontraba embarazada de 7 meses y una agente de policía pudo salvar la vida de la bebé, que fue trasladada inmediatamente a un hospital de San Miguel, Argentina, donde se desarrollaron los hechos, y se encuentra en estos momentos sana y salva.
No tardaron en hacerse eco numerosos medios, tildando la situación de «milagrosa» (de hecho a la pequeña superviviente se la ha llamado Milagros) y alabando el trabajo de las fuerzas de seguridad. No obstante, se ignoran las circunstancias en las que tuvo lugar el accidente.
Más allá de un fatal accidente que podría haber sufrido cualquiera, la joven, Yamila Sasha, que se encontraba en una precaria situación económica, vivía en la calle. Se encontraba limpiando vidrios en una carretera en su avanzado estado de gestión para ganarse la vida. Ningún medio ha comentado esta tragedia, que sobrepasa la barrera de mero accidente y es toda una tragedia social.
No solo el azar ha sido el culpable de este lamentable suceso, sino todo un sistema de estructuras capitalistas que han permitido que esta persona se vea obligada a estar en unas condiciones de vida pésimas, arriesgando su vida y la que venía en camino. No deberíamos quedarnos solo con lo milagroso del asunto.