Sandro Marín Rodríguez, figurante como propietario y administrador de Magrudis SL, empresa encargada de explotar la marca La Mechá cuyas carnes han causado el mayor brote de listeriosis registrado en España, no es el verdadero propietario.
Tras una investigación El País, se ha destapado que Marín Rodríguez es realmente el hijo del verdadero dueño, José Antonio Marín Ponce, que habría montado la empresa en el 2013 a nombre de su hijo por el regadero de deudas en los boletines oficiales de las últimas dos décadas. Su hijo (figurante oficial como propietario de Magrudis SL), en ese año, se encontraba estudiando Farmacia.
«La empresa no es suya, sino de su padre, que es quien lo ha llevado todo siempre. El chico quizá le ayude ahora, pero yo ni le había visto hasta que el otro día salió en la tele», explica un comercial al medio antes citado, bajo el anonimato.
De hecho, en 2015-2016, mientras la empresa crecía, Marín Rodríguez estaba de erasmus en la Universidad de Económicas de Katowice (Polonia). Del padre, varios testigos y fuentes cercanas aseguran a El País que es «un tipo emprendedor, pero que no siempre ha sabido o podido llevar bien las cosas». «Ha tenido siempre problemas, pero de tipo económico, nada que ver con todo esto», explica un empresario cercano.
Las dificultades de las que habla son una primera compañía que fundó en el 1993 llamada ‘Sanmasur’ dedicada al comercio por mayor de productos cárnicos, la cual quebró a finales de los 90’s. El BOE recoge «un crédito incobrable» a nombre de Sanmasur, lo que significa que se agotaron las vías legales para cobrar la deuda.
La segunda compañía se creó en 1996. Llamada ‘Sierra Encina SL’ y dedicada al mismo sector cárnico, cierra al poco tiempo. Tras esto, en el BOE figuran en 2001 y 2003 dos créditos nuevamente incobrables a nombre de una mujer -posiblemente su esposa-, figurante como administradora. Él consta como apoderado.
Pero hay una tercera. nacida el año 2000 bajo el nombre de ‘Embutidos El Patio SL’, que quebró en el 2012 con una «declaración de insolvencia» tras un juicio por lo social en el que una exempleada le reclamaba 1.068 euros en sueldos.
La deuda total de la empresa asciende a 32.902,14 euros «de principal, más la cantidad de 6.580,42 euros presupuestados para intereses y costas». Cabe destacar que en Embutidos El Patio también figura como administradora otra persona del entorno del empresario.