El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se ha disculpado en nombre del Gobierno de España al pueblo gitano durante el acto institucional de conmemoración del genocidio gitano durante el Holocausto, conocido como Memorial del Samudaripen, celebrado el 30 de julio de cada año.
«Se debe hace un esfuerzo de memoria, es una necesidad democrática, y si hay un pueblo invisibilizado, ha sido el pueblo gitano», ha afirmado Iglesias. «Es la historia de nuestro país, del racismo institucional y el primer paso es conocerlo y reconocerlo«.
Para Iglesias, esta conmemoración posee «un significado muy especial en el contexto de discursos xenófobos y racistas». «En este sentido, la memoria sobre la opresión y los intentos de exterminio y de represión contra el pueblo gitano adquiere un enorme valor, pero también a la hora de reivindicar nuestra identidad como país, porque la identidad no se construye solo de coronas de reyes», sino con culturas «sin las cuales no se entendería lo que somos todos», añade.
El vicepresidente ha lamentado el poco conocimiento público del Memorial del Samudaripen, «y que poca gente sabe que en 1978 después de celebrar elecciones democráticas en el reglamento de funcionamiento de la Guardia Civil hubiera indicaciones especificas para reprimir» a este colectivo.
«El reconocimiento es importante y yo querría, en nombre del Gobierno de España, pedir perdón al pueblo gitano«, ha dicho Iglesias rotundamente. Así, ha asegurado que no se quedará simplemente en un gesto simbólico, sino que se trata de «un compromiso inquebrantable» contra la desigualdad.
Por su parte, Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (FAKALI) y vicepresidenta segunda del Consejo Estatal del Pueblo Gitano ha agradecido el apoyo del Gobierno, aunque ha puesto de relieve la necesidad de «cambiar muchas cosas para que el pueblo gitano no se sienta solo».
«Los pueblos que olvidan su memoria y su cultura están condenados a que se repita los mismos actos, por eso estamos aquí y alzamos nuestra voz para reivindicar derechos que la historia nos ha robado, como el derecho a saber lo que nos ha ocurrido», ha defendido.
