El Parlamento portugués ha finalizado la aprobación de una nueva ley que establece multas de entre 25 y 250 euros por tirar colillas al suelo y, además, obliga a los establecimientos a colocar ceniceros en el exterior de los negocios en busca de reducir su impacto medioambiental.
La medida fue aprobada en el último pleno de la legislatura, con el apoyo de todos los grupos menos del Partido Comunista Portugués, que ha definido esta norma como una principal «penalización» a las personas con rentas más bajas en vez de a productores y distribuidores.
Se prevee que la nueva ley esté en pleno funcionamiento para agosto, aunque se dará una moratoria de un año para concienciar e informar a los fumadores y empresas. Portugal contabiliza en 7.000 las colillas que se tiran por minuto en sus calles.