El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha presentado este lunes su nuevo plan para «mejorar la calidad del aire» llamado Madrid 360 que, a pesar de su cometido, trae consigo recortes en Madrid Central.
El plan antipolusión de Almeida plantea la prohibición gradual de la entrada de vehículos contaminantes al centro de la ciudad, anunciando además una inversión de 50 millones de euros anuales en ayudas a la renovación de la flota de vehículos privados. A partir de 2021, los vehículos sin etiqueta ambiental no podrán acceder a la zona de Madrid Central, y en 2022 el filtro se ampliará hasta el perímetro de la M-33.
Sin embargo, entre las nuevas incorporaciones, se encuentra la de permitir el acceso a los vehículos con etiqueta C, es decir, los coches de gasolina anteriores a 2006 y los diésel posteriores a 2014. Además, plantea el abaratamiento de las tarifas de aparcamiento y la ampliación de las plazas de no residentes, medidas que contrarrestan las restricciones que en un principio plantea y que, de hecho, reduce al mínimo los principios básicos de Madrid Central. Un recorte en toda regla.
