Colombia está conmocionada tras la brutal violación de una niña indígena del pueblo embera-chamí en el departamento de Risaralda (Colombia) a manos de siete militares. Los agresores han admitido los cargos por el delito de acceso carnal abusivo, seis como autores y uno como cómplice.
Los hechos ocurrieron la noche del pasado lunes, cuando la pequeña de 12 años estaba recogiendo guayabas sola en las proximidades de un campamento militar. Los siete soldados la secuestraron y la violaron en el caserío de Santa Cecilia.
La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció los hechos el miércoles, a través de un comunicado en el que se reclama la entrega de los agresores a la justicia indígena.
Juan de Dios Queragama, gobernador del resguardo Gito Dokabu-embera katío, ha transmitido una profunda repulsión por el ataque. «Esta no solo ha sido una agresión para nuestra niña y su dignidad como ser humano y como miembro de un pueblo ancestral, ha sido una agresión para todo nuestro pueblo embera katío, y un acto que defrauda la confianza que hemos depositado en ellos como representantes del Estado», ha expresado.
El presidente de Colombia, Iván Duque, afirmó que el Gobierno va a «enfrentar a los violadores y asesinos de niños en este país con toda la contundencia», asegurando que si es necesario «inaugurar la cadena perpetua» aprobada la semana pasada con este caso, se hará. El Senado de Colombia aprobó la prisión de por vida para los violadores de niños, una medida que reforma el artículo 34 de la Constitución.
????????#COLOMBIA | El Presidente, Iván Duque (@IvanDuque) exige una investigación exhaustiva sobre la violación a un niña indígena de 12 años. La menor señaló que de 7 a 9 militares abusaron sexualmente de ella. pic.twitter.com/6fAYk1Oikg
— Rochex R. Robinson Bonilla (@RochexRB27) June 25, 2020