Mark David, un cazador estadounidense de 66 años ciudadano de Oregón, Estados Unidos, falleció a primera hora del domingo 30 de agosto por las heridas provocadas por un ciervo canadiense al que había disparado una flecha el día anterior.
David no imaginó que el ciervo al que había disparado el 29 pudo sobrevivir, y cuando regresó a la finca de caza al día siguiente descubrió al ciervo herido. Fue entonces cuando quiso rematar al animal, pero este se lanzó contra él y le clavó las astas en el cuello, provocándole la muerte de forma casi instantánea.
Los agentes de la Policía Estatal de Oregón confirmaron que las heridas causadas por las astas fueron «una reacción natural de defensa», y que finalmente sacrificaron al ciervo y lo donaron a la cárcel del condado de Tillamook.