Las caceroleadas ultras no paran y, de hecho, se extienden. El jueves se echaban a la calle cientos de personas en Málaga envueltas en banderas de España a hacer el saludo nazi y pedir la dimisión del Gobierno. Con ello, medidas del estado de alarma que están siendo pisoteadas en plena pandemia.
Aunque en la convocatoria de ayer no fueron todo cacerolazos. Un grupo de ciudadanos se acercó ayer a un hospital de Madrid para defender a la gente víctima de esta brutal pandemia. «Hay gente que lo está pasando muy mal. Necesita cacerolas, pero llenas de garbanzos y no de odio», dijo el portavoz del grupo al público.
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